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Es hora de acabar con el desperdicio de alimentos, dice TOMRA Sorting Food

El desperdicio de alimentos es hoy un grave problema. Prácticamente un tercio de los alimentos producidos en el mundo acaban en la basura, lo que en cifras son 1300 millones de toneladas de alimentos desperdiciados año tras año. Esto incluye casi un 45 % de todas las frutas y verduras y un 20 % de la carne. Apenas un 25 % de estas cantidades podría alimentar a los 795 millones de personas en el mundo que padecen hambre crónica.

20 abril 2016

El desperdicio masivo supone un coste anual de 750 000 millones de dólares estadounidenses para la economía global, por lo que solventar el problema del desperdicio de alimentos tiene un potencial significativo para aliviar la presión sobre los recursos naturales y sobre el ajustado equilibrio entre la oferta y la demanda. De este desperdicio, más de la mitad (el 54 %) se origina durante los procesos iniciales, tanto durante la producción agrícola como durante su manejo tras la cosecha. El 46 % restante se desperdicia durante el procesado, la distribución y el consumo.

En septiembre de 2015, las Naciones Unidas (ONU) acordaron reducir el desperdicio de alimentos per capita a la mitad para 2030. Se sentó precedente al incluir entre sus objetivos globales de desarrollo la reducción de tanto las pérdidas de alimentos como el desperdicio de los mismos.

El desperdicio de alimentos puede tomar formas diversas. En los países en desarrollo se producen considerables pérdidas de alimentos, por lo que llamaríamos desperdicio inintencionado que, quele ser debido a la baja calidad de las infraestructuras, el transporte y el equipo de procesado. En las economías establecidas, hay también altos niveles de desperdicio de alimentos; principalmente se trata de comida arrojada a la basura, bien por consumidores que adquirieron demasiada o por comercios o distribuidores que la tiran porque no cumple con sus requisitos de forma y tamaño.

Como fabricante líder en sistemas de clasificación de alimentos basada en sensores, TOMRA Sorting Food conoce muy bien la problemática del desperdicio de alimentos y trabaja muy de cerca con agricultores, procesadores y comerciantes para alcanzar el objetivo de reducir el desperdicio de alimentos.

Eamonn Cullen, de TOMRA Sorting Food comenta: “La cantidad de alimentos perdidos en la línea de producción puede ser considerable. Aunque se ve como desperdicio, realmente no lo es, ya que se puede reaprovechar fácilmente. Por tanto, existe un incremento en la motivación de los procesadores reducir el desperdicio y, al hacerlo, de reducir las ineficiencias, disminuir los gastos innecesarios e incrementar los beneficios”.

“Existen varios factores que pueden contribuir al desperdicio de alimentos, el foco de la culpa no solo debe recaer en quien los procesa. Si miramos inicialmente al agricultor que planta la semilla, y luego estudiamos cada etapa del proceso de producción de alimentos, seguro que somos capaces de detener el desperdicio de comida.”

“Otra forma de reducir los niveles de desperdicio pasa por implicar a las máquinas de clasificación. Hoy día, el verdadero enfoque debería estar en la cantidad de producto "bueno" que se elimina innecesariamente de la línea de procesamiento y en cómo se puede optimizar la clasificadora de alimentos. Cuanto más se adentra uno en la cadena de producción, más valor tiene el producto, especialmente al llegar a las etapas de escaldado, congelación y almacenaje”.

Las máquinas de clasificación basada en sensores pueden determinar que un producto es de buena calidad en un 70 % y, en vez de arrojarlo a la basura, la mayoría de dichos productos pueden ser reprocesados hasta estar listos para su consumo al 100 %. Por ejemplo, cuando se almacenan patatas o arándanos, debe asegurarse de que sus productos sanos no acaben criando moho o se pudran a fin de maximizar su vida útil”.

“Los sistemas también deben seguir evolucionando a fin de mejorar el rendimiento. Por ejemplo, los eyectores en las clasificadoras se van haciendo más y más pequeños y precisos, lo que significa que, cuando se elimina un producto defectuoso, únicamente se pierden 5 mm de producto bueno, en vez de 10 mm”.

“Esta evolución la vemos cada día, y a un ritmo trepidante. Hace apenas 15 años, en Europa occidental, el 90 % de los alimentos se clasificaba manualmente; actualmente, la maquinaria se actualiza año tras año a fin de garantizar una mayor seguridad alimentaria y un menor desperdicio de comida. Además, al dar a los operadores un mayor control sobre la clasificación que quieren realizar, vemos cómo la inteligencia humana se integra en la máquina”.

“Es más, los productores de alimentos y los procesadores buscan aumentar sus planes de sostenibilidad y reducir el desperdicio de alimentos será pronto crucial para preservar la sostenibilidad corporativa. Actualmente, todo el sector de procesado de alimentos se está volviendo mucho más eficiente en términos de consumo de energía y generación de desperdicio, y existen muchísimos más tipos de herramientas de procesado disponibles para que la línea de producción consiga maximizar el rendimiento de la producción”.

Concretamente, el pelado a vapor es un proceso que puede ayudar a hacer frente al desperdicio de alimentos en la industria de la patata, dado que es capaz de pelar 1000 patatas en apenas 4 - 5 segundos. La velocidad del pelado a vapor de patatas minimiza la cantidad de "pulpa" de producto que se pierde, además de lograr un ahorro considerable en el uso de vapor.

Eamonn explica: “El pelado a vapor se logra calentando la humedad que hay bajo la piel de la patata, empleando para ello vapor a alta presión. Cuando impacta el chorro de vapor, la humedad se extiende rápidamente (en menos de un segundo) y separa la piel de la "pulpa" de la patata. Así se logra conservar la forma de la patata y minimizar la cantidad de desperdicio.”

“Por ejemplo, desde que introdujo un sistema de pelado a vapor en su proceso de pelado de patatas, uno de los mayores fabricantes de patatas fritas ya está percibiendo un ahorro considerable, no solo en la reducción de los desperdicios de alimentos, sino también en la reducción de la cantidad de vapor utilizado”.

“En su último informe de sostenibilidad, esta empresa anunció que ahora necesitaba un 20% menos de vapor por tonelada de patatas y que la máquina pelaba a mucha más velocidad que antes de su instalación. Esto demuestra así que el pelado a vapor puede ahorrar tanto tiempo como dinero”.

Actualmente, en todo el mundo, las máquinas de pelado a vapor de TOMRA procesan unos 20 millones de toneladas de patatas al año.

Con una posible mejora en el rendimiento de hasta un 1 %, y teniendo en cuenta que una persona consume una media de 25 kg de patatas al año, ese 1 % ahorrado podría proporcionar patatas a más de 8 millones de personas sin necesitar más recursos ni tener que cultivar más tierras.

En conclusión, Eamonn explica que TOMRA Sorting Food continúa desarrollando soluciones sostenibles con sus clientes y muchas otras empresas. “La discrepancia entre oferta y demanda, una de las principales causas de desperdicio de alimentos, va desde aquellos agricultores que no encuentran mercado para sus productos y tienen que dejar que se pudran en el campo, a los supermercados que reducen sus pedidos en el último minuto, y dejan así a los agricultores con productos invendibles”, nos dice.

“Siempre habrá áreas en las que se pueda mejorar. Al identificar dónde se produce el desperdicio y tratarlo adecuadamente, debemos aliviar la presión sobre los recursos naturales y reducir la cantidad de alimentos producidos en todo el mundo que no acaban siendo comidos”.